Muchas preguntas ante la Copa del Mundo

Desde el primer día hasta el último, España se habrá mostrado fiel a un patrón que inauguró contra Croacia y ha cerrado, naturalmente, contra Croacia: partidos in crescendo y victoria final apabullante, siempre por más de 20 puntos, seis veces; partidos con ventaja hasta el último cuarto, pero con un rival que no se rendía, devolvía golpe por golpe, y los españoles se acababan encogiendo, encogiendo, hasta la derrota final, cuatro veces. La incapacidad para ganar un solo partido apretado ha impedido a España jugar su cuarta final consecutiva. Y muy posiblemente la habría ganado.

Ya se ha apuntado aquí que la presunta misión casi imposible ha acabado siendo misión posible y, por tanto, fallida. Los demás también tenían muchas bajas, los demás jugaban peor que España. El buen esfuerzo por el bronce rescata una nota de aprobado alto, pero no resuelve las dudas en torno a lo que interesa a corto plazo –la Copa del Mundo 2014 en España– y no digamos a medio: el relevo a partir de 2015 de la gloriosa generación nacida en 1980-81.

Salvo lesiones, el año próximo regresarán los grandes ausentes y el seleccionador nacional tendrá una plantilla mejor y más compensada. ¿Resuelve eso los problemas, muy evidentes, de dirección de equipo que han quedado patentes a cada remontada de rivales culminada con la derrota final? Las rotaciones equivocadas –la entrada de Álex Mumbrú y Ricky Rubio en el último cuarto ante Francia acabó de romper al equipo–, las reacciones lentas, la desaparición de todo orden ofensivo en esos momentos, sin más que el reiterado pick and roll y ninguna circulación de balón ni cortes para aprovechar la obsesión rival con Marc Gasol, la bajada de brazos defensiva en cuanto la ventaja disminuía... Todo eso es muy real, los resultados están ahí. Y no es mal momento para recordar que la última vez que España jugó al completo un campeonato en casa propia –el Eurobasket 2007– lo perdió. No es nada imposible.

Juan Orenga, cuyo trabajo de base con el equipo ha sido bueno y se ha reflejado en el nivel defensivo general, carece de experiencia competitiva de alto nivel. Ahora llegan EEUU y demás, y necesitamos armarnos mejor.